Es más, quizá pueda influir a la hora de hacer un análisis inmediato a la conclusión del partido contra Ecuador, que antes del encuentro los cálculos establecían que con un triunfo los celestes pasaban al hexagonal final, sin depender de nada ni de nadie.
Entonces, sin medir demasiado lo que habían hecho los ecuatorianos ante Brasil, que empató con un gol en contra y cerca del final, si la instancia no aparecía fácil, sí se presentaba "camuflada" como una posibilidad que estaba al alcance de la mano.
No era tan así, se vio después. Ecuador es buen equipo. Tiene defensas sólidos, volantes y delanteros hábiles y la suma hace un cuadro de personalidad, que por eso manejó más y mejor la pelota que Uruguay en varios pasajes.
Sin embargo, por ahí el mayor elogio que se le pueda hacer a esta altura al conjunto dirigido por Verzeri, es que es "duro de perder".
Ayer, por ejemplo, pese a que no mostró las flaquezas defensivas que expuso ante Perú y estuvo más sólido colectivamente que contra Brasil, pues -a diferencia de lo que pasó en ese partido- no se descontroló en ningún instante, Uruguay pudo perder; como también pudo haber perdido y empatado cuando venció a los brasileños, y cuando igualó -y también pudo ganar- contra los peruanos.
Ligó bien, pues lo salvó un caño cuando ganaba 1 a 0 con un gol que nació en gran jugada de Cristóforo que López definió en posición adelantada; ligó mal, pues tras el gol del empate sobre el final de los 45´ inciales y, ya en el complemento, un rebote descolocó a De Amores, poniendo a Ecuador en ventaja; y también acertó en los cambios, porque en un partido en el que Rolan estuvo apático, De Arrascaeta y Aguirre revitalizaron el ataque, hasta que este último igualó con preciso cabezazo.
Por todo eso, Uruguay es "duro de perder"; y sigue con tanta chance como antes.
Fuente: www.ovaciondigital.com.uy
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